julio 06, 2025 7

Automovilismo Amateur en Chile: ¿Ilegalidad, Pasión o Semillero del Deporte Motor?

 

 

 

La historia del automovilismo chileno ha estado marcada por pasiones intensas, avances técnicos, polémicas y, en los últimos años, una creciente discusión sobre el rol del automovilismo amateur. Lo que para muchos es un pasatiempo o un deporte de fin de semana, para otros es el primer paso en una carrera profesional o simplemente la forma de canalizar una afición por los autos que va mucho más allá de la vida urbana.

El debate ha estallado, en parte, gracias al cruce de declaraciones entre Eliseo Salazar, ex piloto de Fórmula 1 y voz reconocida del automovilismo chileno, y la actual directiva de la Federación de Automovilismo Deportivo de Chile (FADECH), encabezada por Mauricio Melo. Salazar, con una mirada más internacional y de apertura, ha criticado públicamente la tendencia a restringir y fiscalizar la actividad amateur, argumentando que “en países con cultura automovilística, los trackdays y la participación de autos de calle en circuitos es la puerta de entrada para nuevos talentos y el semillero de la actividad profesional”.

Por otro lado, la FADECH mantiene una posición de resguardo, señalando que el automovilismo es una disciplina de alto riesgo y que la regulación es indispensable para resguardar la seguridad de los pilotos y el público. Así, el escenario se ha dividido entre quienes ven la actividad amateur como un riesgo y quienes la consideran fundamental.

El Origen del Conflicto: Seguridad vs. Libertad

El conflicto de fondo no es solo un choque de egos o de visiones, sino que responde a un fenómeno que ha crecido en los últimos 20 años: la popularización de los autos deportivos, la masificación de los eventos automovilísticos y el interés por llevar el auto más allá de la calle.
En la última década, la llegada de modelos turbo, vehículos modificados y la cultura de los “fierreros” han multiplicado los eventos llamados “trackdays”, donde dueños de autos de calle pagan por acceder a un circuito cerrado para probar tanto sus autos como sus habilidades al volante.

A diferencia de las competencias profesionales, los trackdays permiten que cualquier persona, con el equipo mínimo y ciertas medidas de seguridad, pueda experimentar la velocidad y la adrenalina de la pista. Sin embargo, en Chile, estos eventos han sido constantemente cuestionados y muchas veces mirados con sospecha por las autoridades deportivas, que los asocian a prácticas ilegales o informales.

Según Mauricio Melo, “la prioridad de la federación siempre será la seguridad. No podemos permitir que se realicen actividades sin supervisión, sin ambulancias, sin protocolos, porque estamos hablando de vidas humanas”. Pero para organizadores y participantes, muchas veces las restricciones parecen excesivas y los trámites interminables. “Parece que aquí la consigna es prohibir en vez de educar”, comenta Rodrigo, piloto amateur de la Región Metropolitana.

El Ejemplo Internacional: Lo que Pasa Fuera de Chile

Para entender la raíz del problema, es útil mirar qué ocurre fuera de nuestras fronteras. En países como Alemania, Inglaterra, Estados Unidos o incluso Argentina y Brasil, los trackdays y los clubes automovilísticos amateur no solo son legales, sino que están promovidos como parte de la cultura tuerca.

En Alemania, por ejemplo, el mítico circuito de Nürburgring abre sus puertas casi todos los fines de semana para que cualquier persona, pagando una entrada y respetando normas básicas de seguridad, pueda girar con su propio auto. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, donde clubes privados y organizaciones sin fines de lucro gestionan eventos seguros, fiscalizados y abiertos a todo público, desde novatos hasta veteranos.

Lo relevante es que, en estos contextos, los eventos amateur cumplen una doble función: ofrecen un espacio seguro para los entusiastas y evitan que los conductores busquen emociones fuertes en la vía pública. Además, son el punto de partida para miles de pilotos que luego dan el salto a categorías profesionales.

Salazar lo resume así: “No hay que inventar la rueda. Si el automovilismo amateur funciona en países donde la seguridad es prioridad, ¿por qué aquí se mira con desconfianza?”

El Símil con el Fútbol: ¿Por qué lo Amateur es Vital?

En Chile, hablar de “lo amateur” suele asociarse a algo de baja calidad, improvisado o incluso peligroso. Pero la historia deportiva dice otra cosa. Basta con mirar el fútbol: las pichangas de barrio son el semillero de la selección nacional, los clubes grandes y la cultura de estadio. Sin pichangas, no hay fútbol profesional.

Lo mismo aplica para el automovilismo. Los trackdays, las clínicas de manejo y los eventos de clubes son espacios de aprendizaje, camaradería y experimentación. Aquí nacen las futuras figuras, se prueban autos, se perfeccionan técnicas y, sobre todo, se construye comunidad. Muchos de los actuales pilotos chilenos, desde karting hasta el RallyMobil, comenzaron en eventos informales, a veces incluso en lugares prestados o circuitos improvisados.

“Si no existiera la base amateur, no habría renovación en el automovilismo”, señala Salazar. Y añade: “Deberíamos agradecer que cada vez más jóvenes prefieran meterse a un trackday en vez de correr en la calle o hacer carreras clandestinas”.

El Estigma y la División: Federados vs. No Federados

Un efecto colateral de la actual política federativa es la separación tajante entre eventos federados y no federados. Los primeros cuentan con respaldo oficial, seguros, presencia de autoridades y protocolos estrictos. Los segundos, en cambio, suelen quedar en tierra de nadie: no tienen apoyo institucional y muchas veces deben lidiar con trabas burocráticas, falta de permisos o incluso amenazas de clausura.

Esto no solo dificulta el crecimiento del automovilismo, sino que perpetúa el estigma de que todo lo no federado es ilegal, peligroso o simplemente “mala leche”. Sin embargo, la realidad muestra que muchos organizadores han profesionalizado sus trackdays hasta el punto de incluir banderilleros certificados, ambulancias, cronometraje, extintores y charlas de seguridad antes de cada tanda.

Para Rodrigo, organizador de un club de autos deportivos, “la diferencia entre nosotros y los federados es solo un papel. Nosotros también nos preocupamos de la seguridad y, de hecho, muchas veces somos más estrictos que en las competencias profesionales”.

Seguridad: El Punto de Encuentro (y Desencuentro)

La seguridad es, sin duda, el gran argumento de quienes defienden la regulación estricta. Nadie quiere accidentes ni tragedias que empañen la actividad. Pero ¿cómo se llega a un equilibrio?

Actualmente, los trackdays más serios exigen casco, cinturón de seguridad, revisión técnica del auto y, en muchos casos, presencia de ambulancia y banderilleros en pista. Se prohíben maniobras peligrosas, y los organizadores tienen la facultad de expulsar a cualquier piloto que no respete las reglas. Hay incluso eventos que ofrecen charlas de manejo seguro, introducción a la bandera y nociones básicas de primeros auxilios.

El gran desafío es llevar estas buenas prácticas a todos los eventos, sin importar si son federados o no. Aquí es donde muchos ven la oportunidad para la federación: en vez de actuar solo como fiscalizador o policía, podría asumir un rol educativo, capacitando organizadores y promoviendo estándares mínimos para la seguridad de todos.

¿Qué Rol Debe Tener la Federación?

La federación, como organismo rector, tiene la responsabilidad de velar por el desarrollo seguro y sustentable del automovilismo. Pero también tiene la oportunidad de liderar una nueva etapa, donde la educación, la capacitación y la promoción sean tan importantes como la fiscalización.

Una idea que gana fuerza es la creación de certificaciones para organizadores de eventos amateur, cursos online sobre seguridad en pista y la posibilidad de que la FADECH, lejos de ser un muro, sea un puente entre la base y la elite del automovilismo. Así lo plantea Salazar: “En vez de cerrar puertas, la federación debería ser el gran articulador. Hay un mundo de jóvenes y adultos queriendo correr de forma segura, aprender y crecer. ¿Por qué no aprovecharlo?”

Impacto Social y Comunitario del Automovilismo Amateur

Más allá de la pista, el automovilismo amateur tiene un impacto social significativo. Las familias, los amigos y las comunidades se reúnen en torno a los autos, comparten experiencias y desarrollan valores como el trabajo en equipo, el esfuerzo y la disciplina. Para muchos, es la única oportunidad de vivir la pasión tuerca de cerca, sin la presión ni los costos de la competencia profesional.

Además, la actividad genera movimiento económico: talleres, repuesteros, servicios de neumáticos, empresas de remolque y hasta pequeños emprendedores que venden comida en los eventos. El automovilismo amateur es, en muchos sentidos, una industria que moviliza recursos, conocimiento y oportunidades.

La Experiencia de los Pilotos: Historias Reales

La mayoría de los pilotos amateur tienen una historia en común: comenzaron como fanáticos, luego se atrevieron a ir a un trackday y, con el tiempo, perfeccionaron su manejo, su auto y su enfoque. Algunos dan el salto a competencias oficiales, otros se quedan en el ambiente amateur, pero casi todos coinciden en que la experiencia les cambió la vida.

Camila, una de las pocas mujeres que participa activamente en trackdays chilenos, cuenta: “Me invitaron una vez y pensé que era solo para hombres. Nada que ver. Aprendí un montón, hice amigos y ahora trato de ir al menos una vez al mes. Siento que cada vez que participo, manejo mejor y me siento más segura en la calle”.

Propuestas para el Futuro

  • Crear un registro nacional de organizadores de eventos amateur.
  • Desarrollar manuales de buenas prácticas en seguridad y gestión de eventos.
  • Incentivar alianzas entre federación y clubes para organizar jornadas de capacitación.
  • Difundir campañas de manejo responsable, tanto en la pista como en la calle.
  • Promover el acceso de más jóvenes y mujeres al automovilismo, desde la base.

El desafío está en pasar de la lógica del “permiso y la multa” a una cultura de la prevención, el aprendizaje y la colaboración.

Conclusión: ¿Ilegal o Fundamental?

El automovilismo amateur no es una amenaza, sino la base sobre la que se construye el futuro del deporte motor chileno. Lejos de ser ilegal o marginal, es una oportunidad de crecimiento, formación y comunidad. El camino debe ser el de la profesionalización, la educación y la apertura, donde todos —pilotos, organizadores, federación y público— tengan un rol activo y constructivo.

Como dice Eliseo Salazar: “El automovilismo no empieza en la Fórmula 1, empieza en la calle, en el club, en la pasión de los que se atreven a soñar con ir más rápido, pero siempre de manera segura”.

El llamado es claro: más que prohibir, hay que educar. Más que separar, hay que unir. Solo así, el automovilismo chileno podrá crecer, innovar y, sobre todo, inspirar a nuevas generaciones a vivir la pasión por los autos de manera segura y responsable.

¿Te gustaría participar en un trackday o aprender más sobre seguridad automovilística? Déjanos tu comentario o contáctanos para sumarte a la comunidad.

Felipe Joui
Felipe Joui

Founder & CEO


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